Seguridad individual al andar en bicicleta
El respeto por uno mismo y por los demás
Aunque parezca mentira la principal norma de seguridad al andar en bicicleta y la que nos evitara más de una molestia, es el respeto que debemos tener por nosotros mismos, al hacerlo seremos más cuidadosos, cumpliremos las normas de transito, mantendremos la bicicleta en buen estado, utilizaremos los implementos de seguridad etc. Al respetar a los demás no ejecutaremos maniobras peligrosas, no insultaremos cuando alguien ejecute una maniobra indebida, saludaremos a los demás ciclistas, les daremos un trato respetuoso.
Mantener la bicicleta en buen estado
Mantener la bicicleta en buen estado es revisar la bicicleta antes de salir a montar (la presión del aire de las llantas, que la cadena este aceitada, que no tenga piezas flojas o en mal estado) y sobre todo mantenerla limpia.
Conocer la bicicleta
Conocer la bicicleta significa conocer la presión que se necesita aplicar a los frenos para que la bicicleta se detenga en el sitio que necesitamos parar (sin que esto signifique caernos por frenar muy bruscamente), significa conocer lo duro o lo suave del manubrio.
Posición adecuada en la Bicicleta
Una posición adecuada nos permite ser mas eficientes al pedalear, nos evitas lesiones en las rodillas, los brazos, o la espalda, y nos permite maniobrar mejor la bicicleta.
Utilizar los elementos de protección
Casco, Chaleco Reflectivo, Guantes, Gafas, Luces.
Estos elementos están diseñados para preservar la integridad física del ciclista (casco, guantes, gafas) y cumplen la función de hacernos más visibles (chaleco Reflectivo, Luces).
Aprender a desvararse
No necesitamos convertirnos en mecánicos de bicicletas; pero si debemos aprender lo básico: cambiar un neumático, montar una llanta, aceitar la cadena, inflar las llantas a la presión adecuada, Etc.
Llevar el documento de identidad y de la EPS (llevar un papel con un número de teléfono de Emergencias)
En caso de un accidente debemos tener a la mano los documentos que permitan a la o las personas que nos auxilian prestarnos la mejor ayuda posible y al tiempo poder dar aviso a nuestra familia.
El Chaleco Reflectivo
En la noche, o en el día cuando la visibilidad es escasa, nuestro cuerpo y nuestra bicicleta no son visibles para los conductores de otros vehículos, por tanto es necesario utilizar ropa o un aditamento que nos permita ser visibles a los demás conductores. Debemos utilizar el chaleco Reflectivo no porque su uso sea obligatorio sino mas bien, porque el uso de este nos hace visibles y puede significar la diferencia entre la vida y la muerte cuando nos transportamos en nuestra bicicleta.
El casco de ciclismo.
Sobra decir que el casco es un seguro de vida, al andar en bicicleta, Un casco de bicicleta se divide en dos partes: la interior o "carlota", y la exterior o "carcaza". La primera cumple la función de amortiguar los impactos en caso de caída, absorbiendo el golpe al deformarse. Suele estar hecha de polipropileno expandido, material semirígido que es muy poroso y precisamente se deforma ante un golpe brusco. La segunda, la carcaza, está pensada para evitar que el interior de polipropileno se desgarre ante la fricción generada tras un impacto por una caída en velocidad. Por eso es deslizante y antiadherente.
El calzado del ciclista.
Las zapatillas de los ciclistas profesionales son exclusivas para andar en bicicleta, pero aunque nosotros no seamos profesionales y no necesitemos usar ese tipo de calzado, hay algunas recomendaciones que se aplican al calzado normal parar practicar ciclismo como aficionados.
Las zapatillas para ciclismo incorporan un sistema de fijaciones que permite "engancharse" a los pedales (pedales especialmente preparados para este fin), con el objetivo de poder traccionar, al pedalear, no sólo hacia abajo gracias al pisar el pedal, sino hacia arriba, desarrollando una verdadera fuerza circular, alternativa y continua con ambas piernas; y sólo en momentos puntuales usar el pedaleo "en péndulo" (fuerza con una pierna hacia abajo, luego fuerza con la otra) que practicamos los que usamos calzado común y corriente.
Estas zapatillas, sin embargo, cumplen con otra característica que nos interesa más: tienen una suela dura, poco flexible. Con una suela de este tipo, el esfuerzo de la pedaleada se transfiere mejor en avance, ya que al no doblarse la zapatilla, la fuerza que parte desde la pierna pasando por el talón, llega a la punta del pie hasta los pedales con menos pérdida.
Esta última característica, la de la dureza de las zapatillas de ciclismo, es la que tenemos que buscar en nuestro calzado normal para salidas de ciclismo no profesionales. En cuanto a las medias o calcetines, variarán en grosor dependiendo del clima. Las que se venden como especiales para ciclismo suelen tener un mayor refuerzo a nivel del talón, y también de la puntera.
La ropa o vestimenta del ciclista.
Aunque por supuesto se puede andar en bicicleta con ropa de gimnasia, la ropa específica para hacer ciclismo cumple con algunas importantes particularidades para la mejora del confort y la eficiencia sobre la bicicleta.
La pantaloneta
La parte prácticamente imprescindible si se practica ciclismo con cierta regularidad, son los pantalones (del tipo calzas o mallas) ajustados y acolchados en la zona de la entrepierna (la que está en contacto con el asiento o sillín). Estos pantalones están hechos de un tipo de tela sintética liviana, transpirable y ajustable, que al mismo tiempo permite una muy buena transpiración, pero manteniendo el calor. No deben tener costuras, y un acolchado en la entrepierna es imprescindible.
Al ir ceñido al cuerpo impide que se nos enganche cualquier parte de la tela con la cadena o los platos de la bicicleta o el propio asiento de la bicicleta al levantarse y adelantar el cuerpo (en una subida o al buscar velocidad) o al retrasarlo (en una bajada pronunciada), lo que podría transformarse en una grave accidente. El acolchado que incorporan se agradece, sobre todo en largas travesías, aunque puede ser complementado con un asiento para bicicleta o sillín con acolchado, funda de gel o similar.
Las gafas o anteojos de ciclismo.
Las gafas en ciclismo no solo se usan para protegernos de los rayos UV (UVA y UVB), sino para proteger la integridad de nuestros ojos.
En efecto, al andar en bicicleta, ya sea por montaña o por ruta pavimentada, nos pueden saltar pequeñas piedras debido a la tracción de la rueda de un compañero ciclista, de un vehículo motorizado que nos adelante o nos acompañe, o incluso de nuestra propia rueda. También nos molestará, sobre todo en los días secos y ventosos por sendas o caminos de tierra, el polvo que se levanta, y dependiendo la zona, los insectos que chocarán contra nosotros durante el camino.
Los guantes para andar en bicicleta.
Al igual que pasa con las gafas o anteojos de sol para ciclismo, lo guantes para ciclismo no sólo tienen la función de protección tradicional, en este caso contra el frío, sino que están pensados para evitarnos lesiones en caso de caídas.
Una de las zonas más expuestas durante una caída andando en bicicleta son las manos, y en especial el dorso de la mano. Sobre todo al andar en ruta o carretera, y también en terreno pedregoso en una mountainbike, una caída puede significar no sólo una fea herida, sino la lesión o rotura de los tendones que posibilita la extensión de los dedos (abrir la mano) con desagradables consecuencias.
Por suerte, esto puede evitarse comprando unos guantes adecuados. Los guantes además, suelen tener un acolchado en la parte de la palma, en el talón de la mano sobre todo, que busca amortiguar los impactos que nos llegan a través del manubrio o manillar de la bicicleta.
Las herramientas para ciclismo.
Una bicicleta tiene distintos tipos de tornillos y tuercas para formar el conjunto, además de otras partes como la cadena, los rayos, los platos o los piñones (por mencionar sólo algunos).
Y, precisamente, es durante una travesía de cicloturismo, o una salida larga en bici cuando se pueden aflojar partes claves de la bici, y donde extrañaremos las herramientas que con un pequeño ajuste nos podrían evitar perder la salida porque (por ejemplo) se nos desajustó el manillar o manubrio de la bici, y da vueltas como una calesita loca...
Por eso, es ideal contar con un kit de herramientas multiuso para viajes o carreras de aficionados (es decir, donde no habrá apoyo logístico externo durante muchos kilómetros). Estas herramientas multiusos, son similares a las navajas multiusos, pero obviamente incluyendo herramientas que específicamente sirven para las bicicletas, sus tuercas y tornillos estándar.
La técnica de frenado en ciclismo.
Lo primero que siempre tenemos que tener en mente, es que debemos controlar nuestra velocidad en función de nuestra capacidad técnica (de domino de la bicicleta) y la capacidad de frenado efectivo de esta. Obviamente, no es lo mismo moverse con una bicicleta en perfecto estado con frenos de hidráulicos de disco, que hacerlo con una a la que le falte el freno delantero, o que frene "regularmente" bien. Aunque evidentemente antes de salir, nuestra bicicleta tiene que tener los frenos perfectamente comprobados, siempre puede ocurrir que se rompan o se terminen de desgastar durante el camino, y tendremos que adaptar nuestra velocidad y forma de frenar a este hecho.
Aunque no sepamos medir exactamente cual es nuestra mencionada "capacidad técnica", cualquiera se da cuenta (por muy poco que sepa de ciclismo) cuando pierde el control de la bicicleta. Eso se nota rápidamente: vemos que no podríamos esquivar a alguien si se nos cruzara, o a alguno de nuestros compañeros si frenara, porque no nos daría tiempo a reaccionar o a maniobrar. Así que lo mejor es siempre disminuir la velocidad, frenando progresivamente, hasta ir sintiendo que tenemos el control y, en todo caso, aumentarla siempre progresivamente, sin sobrepasar nunca ni dejar de lado esa sensación de miedo que surge al sentir que ya no dominamos la bicicleta (esa es una alarma que nos dice que tenemos que parar...antes de que paremos violentamente contra nuestra voluntad al tener un accidente).
Concretamente tenemos que prestar atención a los siguientes aspectos sobre la técnica de frenado:
1) - Se debe manipular el freno siempre con dos dedos (el índice y el medio). Estos dedos SIEMPRE deben estar sobre la palanca o manetas de freno mientras pedaleamos, para poder frenar rápidamente por cualquier necesidad.
2) - Hay que mantener el centro de gravedad bajo cuando frenemos. Si, en cambio, mantenemos el centro de gravedad alto al frenar, el peso de nuestro peso (y su inercia) será mayor al de la bicicleta, y como consecuencia podríamos salir volando (literalmente) por delante de esta. Para lograr esto podemos levantarnos del asiento o sillín de la bici, y retrazar nuestros nalgas respecto de éste, incluso bajando atrás, y dejándolo momentáneamente a la altura del pecho (o a la altura suficiente para compensar la frenada) [1]. Muchas veces, sobre todo ante bajadas de larga duración, es preferible bajar el asiento al inicio precisamente para que sea más fácil retrazar el centro de gravedad en las frenadas.
Señalización de seguridad en ciclismo.
Si se pretende hacer travesías de larga duración, habrá que incorporar a nuestra bicicleta luces y materiales reflectantes para mejorar nuestra visibilidad en condiciones de poca luz.
Aunque no se debería circular nunca de noche por rutas o carreteras que no sean exclusivas para ciclismo, en salidas largas o en travesías de más de un día de duración, muchas veces circularemos en condiciones de poca visibilidad, ya sea al amanecer, al atardecer, o debido a condiciones climáticas adversas (niebla, ventisca, nieve, lluvia, etc.). En todos estos casos, lo mejor es parar en un sitio que nos ofrezca protección, pero si por lo que fuere esto no es posible y debemos seguir pedaleando, un sistema de iluminación será imprescindible para evitar que nos atropellen.
Existen dos formas de iluminar nuestra bicicleta: con sistemas señalización pasivos, que refractan la luz exterior; o con sistemas de iluminación activa, que generan luz propia para iluminar nuestro camino, o marcar nuestra posición. Los primeros son los típicamente conocidos como "ojos de gato". Los segundos, pueden ser luces para iluminar el camino que seguimos, o luces de posición.
Las señales pasivas pueden ir incorporados a la bicicleta, o a nuestro cuerpo. Lo ideal, es que las pongamos en ambos. Las bicicletas, por lo general, ahora incorporan de fábrica ojos de gato atrás y adelante de los pedales, pero Lo mínimo imprescindible sería que además agreguemos en la bicicleta uno trasero (atrás del asiento o sillín,) y una delantera a la altura del manubrio o manillar.
SEGURIDAD EN GRUPOS CICLISTAS
Respetar las normas de circulación de vehículos y el sentido de las vías.
Es nuestra obligación conocer dichas normas. Como siempre, "el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento", y normalmente este conocimiento reduce la posibilidad de accidentes. Circular pegado a la derecha, es norma básica para los ciclistas en la mayoría de los países...pero no en todos
Mantener la distancia de seguridad
Al igual que sucede con cualquier vehículo a motor, cuando se pedalea en grupo hay que mantener una cierta distancia de seguridad respecto del ciclista que va adelante nuestro. Esta distancia será al menos del tamaño de 1 bicicleta, y mayor cuanto mayor sea la velocidad a la que nos desplacemos con el grupo.
La experiencia rodando, nos irá enseñando cuál es la distancia idónea para, en caso de que nuestro compañero haga una maniobra brusca o pierda el equilibrio, poder esquivarlo sin provocar una caída de nosotros mismos, o un choque en cadena.
Desplazarse preferiblemente en fila india.
Es mejor desplazarse en fila india siempre que sea posible, sobre todo en rutas pavimentadas y pistas forestales. Y a su vez, es mejor hacerlo siempre por la derecha.
Moviéndonos de esta forma, dejamos libre el resto de la ruta para que cualquier vehículo nos adelante si es necesario, cosa que sería mucho más dificultoso si avanzamos en paralelo o en pelotón. Al mismo tiempo, hay menos riesgos de atropellar a un senderista o caminante que circule por la misma calle ya que nos moveremos como "uno solo" a efectos prácticos.
Evitar adelantamiento o actividades competitivas en ciclismo recreativo.
En grupos que salen a andar en bicicleta para disfrutar del paisaje y/o de la propia actividad por lugares naturales, o también por calles o rutas con atractivos culturales (arquitectónicos, artísticos, etc.), es decir, haciendo cicloturismo o ciclismo recreativo, las actividades competitivas no sólo no tienen sentido, sino que pueden constituir un riesgo para la seguridad de todo el grupo ciclista.
El intentar adelantar a otro/s, por ejemplo (ya sea por iniciativa propia, o para "medir fuerzas" en un juego entre más de uno), implica salirse de la fila india o romper el pelotón, y por lo tanto un mayor riesgo de atropello para transeúntes o de chocar con otros vehículos que vengan de adelante o de atrás. Lo que en carreras ciclistas sería "una escapada" y es relativamente normal, en actividades de ocio o cuando la bicicleta es un simple medio de transporte, se transforman en un riesgo que podemos evitar fácilmente al no desplazarnos en paralelo o con pérdida de control. Porque llega un momento en que a mayor velocidad, menor es el control de la bicicleta (y de cualquier vehículo, para el caso).
El que va en un grupo como estos que no tienen por objetivo el entrenar, competir o mejorar el rendimiento físico, sino el disfrute de la actividad ciclista, tiene que tener bien claro que las actitudes competitiva tales como querer ir primero, adelantar al Guía, llegar antes, no parar en las bifurcaciones, rodar lenta y tranquilamente o hacer descansos no encajan, molestan a los demás y atentan contra el grupo y la actividad que se pretende desarrollar.
El que quiere entrenar o buscar el rendimiento, lo lógico es que lo haga dentro de grupos que tengan ese objetivo, dejando a cada uno disfrutar con la actividad que le gusta.
Grupos ciclistas: Avisar antes de frenar
Las bicicletas no tiene (al menos por el momento...) luces de freno que nos indiquen cuando están por parar, tenemos que verlo con nuestros propios ojos, y esa es otra de las razones por las que hay que mantener una distancia mínima de seguridad. Por eso es muy conveniente establecer señales que indiquen al compañero que nos precede de que estamos disminuyendo la velocidad, sobre todo cuando vamos a detener la bicicleta totalmente en una distancia muy corta (frenada brusca).
El guía del grupo ciclista es el que tiene que establecer estas señales, y dejarlas bien claras antes de comenzar la salida. Señales típicas que se pueden adoptar son, por ejemplo, levantar una mano con la palma abierta o con el puño cerrado cuando se quiere indicar que hay que frenar.
También es recomendable, al frenar, siempre por defecto (por costumbre) tirarse a la derecha. Así evitamos la posibilidad de que autos, camiones, o cualquier otro tipo de vehículo que no hayamos visto venir por atrás nos lleve por delante.
Avisar de la presencia de obstáculos y vehículos
Esta regla es obvia y se aplica sobre todo al Guía del grupo que encabeza la marcha, que es el que tiene que hacerla valer en principio. Cuando los obstáculos son fijos pero no lo suficientemente obvios (piedras o rocas filosas, canaletas que pueden bloquear las ruedas causando caídas, zanjas profundas pero poco evidentes, etc.), debe avisarse de ellos a los que nos siguen, y esquivarlos marcando la ruta correcta a seguir.
El Guía también tiene que advertir (decir "¡auto!", "¡vehículo!" o como fuere) si observa que se acerca un vehículo a motor, un grupo ciclista, un grupo de personas, etc. Ya sea que este obstáculo móvil se acerque en sentido contrario o en el mismo sentido, de frente o por una calle o camino lateral, etc., pero siendo evidente que vamos a cruzarnos con ella en breve. Este aviso tiene como sentido el que los ciclistas del grupo reaccionen pegándose a la derecha del camino, y guardando una estricta fila, con su respectiva distancia de seguridad. En algunos casos (cuando se cruza a grupos de personas, sobre todo en los descensos) implica también disminuir la velocidad para evitar accidentes o atropellos.
Otras veces, los obstáculos serán peligrosos en cuanto a la alta posibilidad de producir pinchazos o pinchaduras (zarzas o plantas espinosas en el camino, por ejemplo). En esos casos es mejor que el Guía primero frene al grupo, se baje de la bicicleta, y pierda algunos minutos despejando el camino de pinches y espinas, antes que perder mucho más tiempo arreglando unos metros más adelante media docena de gomas pinchadas.
La advertencia inicial del Guía ante obstáculos y vehículos debe ser "pasada", repitiéndola en voz lo suficientemente alta como para que nos escuche nuestro compañero de atrás, para que éste a su vez pueda pasar la voz al que lo precede y se entere todo el grupo antes de llegar al obstáculo o cruzarse con el vehículo, vehículos, persona o grupo de personas en cuestión.
Ceder el paso a caminantes, senderistas y montañistas.
Como regla general de sentido común, todo vehículo que se mueve a mayor velocidad que otro, debe disminuir su velocidad para evitar accidentes en actividades al aire libre, en este caso, las bicicletas a las personas que van a pie o a caballo.
Cuando andamos en bicicleta en la montaña, si nos cruzamos con personas o grupos de personas caminando o cabalgando, tanto en de frente como si van siguiendo nuestro mismo camino y las superamos, tenemos que tener en cuenta lo siguiente para evitar accidentes o molestias innecesarias:
1) - Disminuir la velocidad con suficiente antelación (no colear o derrapar). La de todos, si nos movemos en grupo, usando la seña convenida para avisar esto (ya sea una palabra como "¡gente!" o un gesto, por ejemplo).
2) - Avisar de nuestra presencia a los transeúntes, sobre todo si no nos ven venir de frente. No hacerlo a gritos si se trata de un grupo a caballo.
3) - También siempre hay que avisar de nuestra presencia y reducir la velocidad ante curvas pronunciadas o muy cerradas (sobre todo si vamos solos, primeros en un grupo o de Guía principal, adelante), porque puede que haya caminantes del otro lado, pero no los veamos hasta no doblar la curva, y que sea demasiado tarde para que ellos puedan esquivarnos o viceversa.
4) - Pasar por al lado de los caminantes en fila india y pegados a la derecha del camino, dejando espacio suficiente para no molestarlos. Si van a caballo, no gritar, y tratar de no hacer movimientos bruscos ni ruidos fuertes, para no asustarlos con fatales consecuencias para los jinetes.
5) - Si el camino no es lo suficientemente ancho para que transitemos nosotros con nuestras bicicletas y los senderistas, montañistas, caminantes o jinetes, tendremos que bajarnos de la bicicleta, salirnos del camino y cederles el paso.
6) - Y por supuesto, saludar a nuestro paso.
Programar el recorrido en función del tiempo de luz natural disponible.
Evidentemente, salir al aire libre sin tener en cuenta que allí la iluminación artificial es un medio limitado, y la mayor parte del tiempo inexistente, es cometer un error típico de ciudadano no acostumbrado al campo que hay que evitar. El caso extremo en donde la luz es absolutamente imprescindible lo constituyen las actividades espeleológicas, no exactamente al aire "libre", pero sí actividades en el medio natural.
Pero sin llegar a estos extremos, en cualquier otra actividad de multiaventura, cuando el sol se pone, la luz la tenemos que poner nosotros...ya sea en forma de linternas en nuestras bicicletas, en nuestras manos o en nuestras cabezas, ya sea en forma de fogata, fogón u hornillo, pero no podemos confiar en que la Luna nos ilumine (aunque muchas veces lo hará, si las nubes lo permiten).
Por cuestiones de seguridad por tanto, siempre hay que planificar los itinerarios para salir y llegar de día a nuestro destino. Cuando se trata de actividades de más de un día en las que haya que preparar un campamento para pasar la noche, esto es más necesario todavía, ya que se precisará de algunas horas de luz extras para poder organizar dicho campamento para dormir, prender el fuego y/o cocinar según el caso.
Pero incluso en salidas de un día (y precisamente en salidas de un día) subestimar las horas de luz disponibles suele ser una de las principales causas de emergencias: al irse la luz, nos perdemos "en medio de la nada", empieza a hacer frío y resulta que no llevábamos más que ropa "para caminar de día", no tenemos linterna, etc... Si resulta que llevamos un grupo, la cosa se complica, porque seremos responsables de un incidente simplemente por no haber anticipado algo tan obvio como que el sol se oculta cada unas cuantas horas... Si estamos en un grupo y nuestros "Guías" hacen algo como esto por simple desidia y no por cuestiones puntuales que no pudieron prever (por ejemplo, un accidente los retrasa) lamentablemente comprobaremos de la peor manera que no elegimos a los Guías adecuados...
Prever lugares de descanso y reaprovisionamiento de agua.
Como ya dijimos, disponer de agua es imprescindible. Pero muchas veces encontraremos agua potable durante el camino, y por lo tanto tendremos que programar nuestras paradas, tanto para juntar agua como para descansar, al menos en esos puntos (de abastecimiento de agua) de forma obligada (así matamos dos pájaros de un tiro).
Esto no es excusa para no llevar siempre una reserva de agua personal. Esos lugares, por lo tanto, tienen que tomarse como lugares para "reaprovisionar" nuestras reservas de agua; no simplemente para tomar agua y seguir el camino sin llevar reserva alguna del líquido elemento.
Además, hay que considerar que (por muy potable que sea) el agua natural no le cae bien al estómago de muchos ciudadanos no acostumbrados más que al agua clorada de sus casas, o al agua mineral comercial embotellada. Y aunque los efectos de esta intolerancia al agua natural (normalmente diarrea) no suelen verse inmediatamente, sino a mediano plazo, a veces el rechazo es una cuestión de gusto y la persona puede directamente negarse a tomar agua...pero al mismo tiempo no haber tenido la precaución de traer agua consigo porque "nadie le avisó". Conviene entonces que los Guías o responsables lleven al menos siempre un poco de agua "de ciudad" de reserva para casos como estos.
No es recomendable parar justo a la orilla de los ríos, sobre todo en lugares muy transitados. Así que conviene hacer las paradas cerca de los cursos de agua, pero al menos a 50 o 100 metros de estos.
En cuanto al lugar de descanso en sí, aparte de ser un lugar preferiblemente cercano a una fuente de agua (imprescindible en descansos largos y a la hora de comer) hay que elegir un lugar en que no se dificulte el paso a otros montañistas, caminantes o senderistas que pudieran transitar por el mismo lugar mientras estamos descansando. Este lugar debe ser seguro en cuanto ante potenciales peligros naturales protegido (derrumbes, avalanchas, etc.), protegidos de las inclemencias del tiempo: del sol en verano, y del viento en invierno (o según las condiciones meteorológicas imperantes) y no ser paradas demasiado largas para evitar "enfriamientos" (musculares) excesivos, y que no cueste luego retomar la actividad.
Por último, no olvide que la necesidad de más o menos agua de nuestro organismo se determina en función del esfuerzo a realizar, y del clima: a mayor esfuerzo física, e igualmente, a mayor calor, o mayor viento, mayor será la deshidratación sufrida. El agua que llevemos o carguemos en cada parada, dependerá de estas variables, siempre considerando un resto de reserva que no usaremos, y que quedará para posibles situaciones de emergencia o primeros auxilios.
Ir en grupos con al menos dos Guías.
En cualquier actividad al aire libre en el medio terrestre para grupos numerosos (más de 5 personas) y/o compuesto por gente inexperta en la actividad en cuestión, el contar con al menos dos personas responsables o Guías (uno que vaya adelante, y otro que vaya atrás) es imprescindible. Lo ideal es que (además del mínimo necesario de dos Guías) haya al menos un Guía, Monitor, Instructor, Técnico o persona responsable más, por cada 5 o 10 personas en el grupo.
Parar en las bifurcaciones de caminos
Al igual que ocurre con el guiado de grupos en cualquier otra actividad al aire libre (a pie, en bicicleta), cuando el que conoce el camino es sólo el Guía, y los que lo siguen dependen de sus indicaciones, debe reagruparse a la gente que conforma el grupo en todas las bifurcaciones, aprovechando ese momento para cerciorarse de que están todos (contarlos) y que continúan la marcha por el camino correcto, sin tomar el equivocado.
Cuando hay al menos dos Guías (Guía de primero o de cabeza; y Guía de segundo, Guía escoba o de cola ) el encargado de realizar la tarea de recuento es el Segundo. Pero si el Segundo no conoce el camino y depende también de ver por dónde va el Primero, éste último deberá esperar en las bifurcaciones al menos lo suficiente como para que los que lo sigan vean por el camino que toma.
En caso de que el tiempo apremie, el Guía que va de primero puede dejar a alguna persona de confianza en la bifurcación indicando el camino correcto, o incluso marcarla con alguna señal (eso sí, tiene que ser una señal previamente convenida y conocida por todos en el grupo). Cuando hay más de dos Guías, el o los Guías que van en el medio del grupo o distribuidos en él son los que se encargan de realizar esta función de "orientación" ante las bifurcaciones.
¿Derecha o izquierda? No siempre se terminará en el mismo lugar...
Es casi una cuestión estadística el que a más gente, más posibilidades de gente que vaya más despacio y gente que vaya más rápido; y también más posibilidades de "distracciones", ya sea viendo el paisaje, o al ir haciendo sociales entre los miembros del grupo, etc. Por lo tanto, esta parada en las bifurcaciones para esperar al último será obligada cuando se vaya en grupos grandes. Cuanto más grande sea el grupo, más se va a "estirar", y por lo tanto más habrá que esperar a los últimos.
En estos casos, puede aprovecharse las paradas precisamente para descansar. Además, no es conveniente salir o empezar otra vez a pedalear inmediatamente cuando llegan los últimos, por razones obvias (los últimos también tienen que descansar, generalmente incluso más que los primeros). Si por este motivo las paradas en las bifurcaciones se hacen muy largas, se puede hacer alguna actividad de corta duración para "animarlas", y evitar que la gente se enfría o aburra.
Si estamos andando en bicicleta , se puede rápidamente establecer un pequeño circuito alternativo para mantenerse en movimiento. Este circuito puede tener cierta dificultad técnica para hacerlo más atractivo, por ejemplo. También se puede hacer algún juego en el lugar, juego que variará dependiendo la edad y la cantidad de miembros del grupo. Así, nadie se va a aburrir, y todos van a tener la posibilidad de descansar en las paradas obligadas.
Pedalear con la boca cerrada.
Cuando se anda en bicicleta, ir con la boca abierta no sólo es ineficiente desde el punto de vista del rendimiento físico (se respira mejor y de forma más acondicionada por la nariz y así nos deshidratamos menos), sino que además puede transformarse en una desagradable sorpresa si transitamos por parajes naturales.
No sería la primera vez que alguien, por ir con la boca abierta arriba de la bicicleta, se come algún insecto, incluso uno que pueda entrañar cierto peligro, como una avispa o una abeja. Recordemos que uno de los lugares en los que es más riesgoso que nos pique un insecto venenoso, es en las mucosas (es decir, donde no hay epidermis o piel), lo que incluye, por lo tanto, a labios, lengua o garganta. Seamos o no alérgicos a las abejas o avispas, una picadura de un insecto en las vías respiratorias puede ser, por lo menos, una experiencia muy desagradable.
Otro riesgo de ir con la boca abierta mientras se pedalea es el de sufrir un impacto de alguna piedrita que "salte" del camino, despedida por las ruedas de alguno de nuestros compañeros de grupo, o de cualquier vehículo que nos adelante o se cruce por nuestro camino. Los labios, aunque no son una gran protección, al menos nos protegerán de la posibilidad de un impacto directo en los dientes o de tragarnos alguna esquirla mineral lanzada a toda velocidad desde el camino.
No excederse al elegir el nivel físico o técnico del recorrido.
Cualquier actividad al aire libre, o cualquier actividad deportiva, tiene un componente físico y técnico (de habilidad o dificultad) determinado. Sin embargo, es evidente que cualquier clasificación por niveles de dificultad tiene únicamente carácter orientativo, por el simple hecho de que todas las personas somos distintas debido a nuestra particular condición atlética y experiencia física y deportiva.
En este caso, tendremos que evaluar a conciencia el esfuerzo físico y técnico que exija nuestro recorrido, para saber si se adapta tanto a nosotros como al miembro más débil del grupo. Y finalmente, adaptar siempre la actividad precisamente a la persona que cuente con un nivel más bajo, y no a la inversa.
En rutas y travesías al aire libre, llevar medios de comunicación y orientación.
El teléfono móvil o celular se está haciendo imprescindible como medida de seguridad para grupos que realizan actividades al aire libre relativamente alejadas de la civilización. Esto es más cierto cuanto menos gente con experiencia y conocimientos haya en el grupo, siendo el celular una herramienta para usar en caso de emergencia, y de la que nunca hay que abusar sin el consentimiento del Guía o la persona responsable del grupo.
Si vamos solos, cosa que debería ser excepcional (sobre todo cuanto más inhóspita, desconocida o peligrosa sea la zona) debemos aplicar el mismo sentido común, y no movilizar todo operativo de rescate simplemente porque tomamos la bifurcación incorrecta de un camino que, igualmente, nos llevará hasta un pueblo o ciudad cercana (aunque no sea al que pretendíamos llegar.
Ante accidentes y pérdidas del camino, se justifica pedir ayuda siempre que no podamos evacuarnos por nosotros mismos, o con la ayuda de otros, con la garantía suficiente de llegar antes de que deje de haber luz natural, y haya riesgos de que perdamos el camino, de sufrir un clima severo sin tener la vestimenta adecuada para afrontarlo, o cualquier otra situación que no podamos resolver con los medios y recursos (materiales y humanos) de que dispongamos en ese momento.
Los medios necesarios para orientarnos (mapa, brújula y/o Gps), habrá que llevarlos siempre, aunque conozcamos el camino a seguir. Puede que sean necesario variar el camino, precisamente para llegar al lugar más cercano en caso de accidente; retomar el camino por otro que no conozcamos en caso de pérdida, o avisar nuestras coordenadas para que nos rescaten (GPS), por ejemplo. De todos, el más imprescindible es el mapa, ya que además es más seguro (no se puede quedar sin pilas, como el Gps o una brújula digital, por ejemplo), y conviene llevarlo en una funda de plástico para evitar que eventualmente se moje.
Llevar un botiquín de primeros auxilios.
Es evidente que, por muy corta que sea una ruta o travesía al aire libre, y se trata de la actividad que sea (ciclismo, senderismo, montañismo, esquiar, andar a caballo, etc.) un botiquín de primeros auxilios siempre puede ser útil. Viajando en grupo, siempre debe llevarse al menos uno; y lo ideal es que además cada persona cuente con algunas reservas individuales para tratar pequeñas emergencias, o sus problemas de salud personales.
Hidratarse y comer adecuadamente, antes y durante el recorrido.
Hidratarse durante un recorrido es fundamental tanto para la salud como para la mejora del rendimiento físico
En cualquier caso, igual que pasa con el agua, siempre habrá que llevar algo de comida de reserva personal en forma de hidratos de carbono (glucosa o azúcar), ya sea una barrita energética, frutas desecadas o algo parecido. Si alguna persona sufre una recaída por agotamiento físico, comer azúcar la "reavivará" por al menos 20 minutos, quizás lo necesario para que siga moviéndose por sus propios medios hasta llegar a destino, donde pueda descansar y comer mejor.
Código de Transito de Colombia
CAPÍTULO V - CICLISTAS Y MOTOCICLISTAS
Artículo 94°. Normas generales para bicicletas, triciclos, motocicletas, motociclos y mototriciclos.
Los conductores de bicicletas, triciclos, motocicletas, motociclos y mototriciclos, estarán sujetos a las siguientes normas:
Deben transitar por la derecha de las vías a distancia no mayor de un (1) metro de la acera u orilla y nunca utilizar las vías exclusivas para servicio público colectivo.
Los conductores de estos tipos de vehículos y sus acompañantes deben vestir chalecos o chaquetas reflectivas de identificación que deben ser visibles cuando se conduzca entre las 18:00 y las 6:00 horas del día siguiente, y siempre que la visibilidad sea escasas.
Los conductores que transiten en grupo lo harán uno detrás de otro.
No deben sujetarse de otro vehículo o viajar cerca de otro carruaje de mayor tamaño que lo oculte de la vista de los conductores que transiten en sentido contrario.
No deben transitar sobre las aceras, lugares destinados al tránsito de peatones y por aquellas vías en donde las autoridades competentes lo prohíban.
Deben conducir en las vías públicas permitidas o, donde existan, en aquellas especialmente diseñadas para ello.
Deben respetar las señales, normas de tránsito y límites de velocidad.
No deben adelantar a otros vehículos por la derecha o entre vehículos que transiten por sus respectivos carriles.
Siempre utilizarán el carril libre a la izquierda del vehículo a sobrepasar.
Deben usar las señales manuales detalladas en el artículo 69 de este código.
Los conductores y los acompañantes cuando hubieren, deberán utilizar casco de seguridad, de acuerdo como fije el Ministerio de Transporte.
La no utilización del casco de seguridad cuando corresponda dará lugar a la inmovilización del vehículo.
Artículo 95°. Normas específicas para bicicletas y triciclos.
Las bicicletas y triciclos se sujetarán a las siguientes normas específicas:
No podrán llevar acompañante excepto mediante el uso de dispositivos diseñados especialmente para ello, ni transportar objetos que disminuyan la visibilidad o que los incomoden en la conducción.
Cuando circulen en horas nocturnas, deben llevar dispositivos en la parte delantera que proyecten luz blanca, y en la parte trasera que reflecte luz roja.
Parágrafo. Los Alcaldes Municipales podrán restringir temporalmente los días domingos y festivos, el tránsito de todo tipo de vehículos por las vías nacionales o departamentales que pasen por su jurisdicción, a efectos de promover la práctica de actividades deportivas tales como el ciclismo, el atletismo, el patinaje, las caminatas y similares, así como, la recreación y el esparcimiento de los habitantes de su jurisdicción, siempre y cuando haya una vía alterna por donde dichos vehículos puedan hacer su tránsito normal.
L a mayor parte de estas normas fueron tomadas y adaptadas de la siguiente dirección: http://www.andinia.com/articles/deportes_y_actividades_fisicas/deportes_tradicionales_clasicos/ciclismo_cicloturismo_bicicletas/a23849.shtml